martes, 29 de enero de 2013

Resumen del curso Economía Internacional

Uno ya va terminando su aventura universitaria, y echando la vista atrás desde luego que considero haber aprendido muchísimas cosas durante estos años. Cosas que han forjado mi manera de pensar, de comportarme y de entender la realidad. El problema (o la virtud) reside en que tengo la sensación de haber aprendido más, mucho más, por mi cuenta que acudiendo al aula.

Y pensándolo bien, probablemente es justo lo que yo quería: que en clase se me dieran las herramientas para que posteriormente yo las aplicara y desarrollara según mis propios intereses de conocimiento. Sin embargo creo que realmente la base que he obtenido en muchas de las asignaturas de manera presencial es tremendamente pobre, tanto que podría afirmar que el 50% de lo que he estudiado estos años ha desaparecido de mi mente y no siento ningún tipo de remordimiento de ello. Muchas asignaturas se han convertido en un mero trámite; asignaturas de las que esperaba mucho pero no he recibido nada y, por supuesto sorpresas al revés: asignaturas de las que no esperaba nada y sin embargo he aprendido mucho.

En definitiva, lo que quiero decir es que la parte del trabajo que se supone que deberían cumplir las clases presenciales en muchos de los casos no se han cumplido, y acabas desarrollando los contenidos por tu cuenta, pareciendo ésto más la jungla que una forma ordenada de transmisión del conocimiento. No voy a enrrollarme más de manera genérica sobre la sensación que me llevo de estos años, aunque no puedo evitar señalar a la figura del profesor como responsable de haber hecho malgastar mi tiempo o de haberme hecho disfrutar del mismo.

Entrando a hablar directamente en materia, para resumir el paso por la asignatura de Economía Internacional, he de decir que para esta asignatura me esperaba algo totalmente distinto a lo que ha sido. Probablemente me esperaba que se tratara de una asignatura más en la que el profesor nos diera los conocimientos teóricos necesarios sobre la estructura de las instituciones internacionales, modelos económicos, datos macroeconómicos de países desarrollados, en vía de desarrollo y subdesarrollados, etc. donde los alumnos tuvieramos diez minutos al final de la clase para preguntar nuestras dudas sobre lo que el profesor había "vomitado" la hora y veinte minutos anterior. Sin embargo, no ha sido así en absoluto.

La dinámica de las clases ha sido completamente diferente, probablemente algo más acorde a lo que los alumnos necesitamos: motivación y curiosidad por lo que estudiamos. Unas clases donde predomina la isegoría y donde el conocimiento lo construimos a partir de los intereses de todos y cada uno de nosotros, donde desarrollamos los conocimientos que a cada uno nos interesan y atraen, y posteriormente compartimos con nuestros compañeros. Todos aprendemos de todos, y el profesor forma parte de ese todo, no se trata de una figura que simplemente transmite conocimientos acumulados, sino que se impregna de las ideas, emociones y sensaciones de todo el grupo.

La metodología utilizada durante las clases habia oído hablar sobre ella, pero nunca había tenido la ocasión de experimentarla en primera persona. Para mi gusto, ha sido una experiencia innovadora donde he podido profundizar sobre los conocimientos que a mí me interesaban de manera particular, poder compartirlo con mis compañeros y poder luego "emocionarme" con los temas que a ellos les generaba curiosidad. Me ha gustado la sensación de construcción de conocimiento desde abajo, desde las vivencias personales de cada uno, me ha gustado la importancia de lo subjetivo (tanto en cuanto expresión de opiniones particulares) como parte fundamental de generación de conocimiento a través de los blogs particulares de todos los compañeros de clase. Sin duda, creo que se trata de una herramienta muy útil para plasmar cada uno sus intereses, aquellos temas que nos llaman la atención, ya que tienes la libertad de publicar sobre aquello que a tí te llama la atención, sin obligar a nadie a que lo lea, pero invitando a que lo hagan aquellos que tengan interés por ello.

Y por último, me gustaría señalar algo que hasta ahora no recuerdo que me hubiera pasado: la sensación (a la hora de realizar un trabajo para clase) de falta de tiempo, de quedarme con las ganas de haber tenido más tiempo para poder haber profundizado sobre ello, aunque fuera simple y llanamente por saciar mi hambre sobre el tema. Esto es exactamente lo que me ha pasado con mi parte del trabajo sobre Alternativas de Futuro, donde me hubiera gustado tener más tiempo para comparar mucho más profundamente el modelo escandinavo con los de los países del entorno, las claves del éxito del modelo, o el porqué de que haya surgido ahí y con esa configuración concreta dicho modelo.

Sin duda la experiencia para mí ha sido muy, muy positiva, rara y distinta (no por ello mala ni mucho menos) a lo que me han acostumbrado en estos años de carrera.